Conforme avanzan los años y surgen nuevos progresos en lo que a tecnología se refiere, es cada vez más habitual ver cómo muchas profesiones se digitalizan. Pese a la antigüedad del sector, la agricultura no iba a ser menos y también se comenzó a subir al carro de las innovaciones tecnológicas. Los software de gestión agrícola son una herramienta que, en los últimos años, han permitido facilitar la medición y el control de factores ligados a la producción y a la administración de los campos, abarcando soluciones en los tiempos, riego, humedad y operaciones administrativas de nóminas, gastos, entre otras. Lo anterior, trajo consigo mejoras en el rendimiento y producción del trabajo en el mundo del agro.
Si bien varios países han desarrollado diversas iniciativas, y en algunos casos como Chile, Argentina, y Uruguay existe un creciente proceso de digitalización a nivel de empresas agroindustriales (sobre todo medianas y grandes), esto no se traduce en una estrategia como tal, y todavía existen retos por delante. Es por este motivo que fortalecer los espacios del uso de tecnologías en la agricultura en Latinoamérica es un aspecto clave en el ámbito digital. Para este fin ya existen espacios donde se vienen generando diversas iniciativas como la agenda digital para América Latina y el Caribe (eLAC2022), un ámbito de colaboración apoyado por CEPAL, donde recientemente se adoptaron un conjunto de prioridades como la creación de un mercado digital regional, lo que amplió la oferta y la demanda de servicios y contenidos digitales e impulsó proyectos de infraestructura y potenció la industria de TI, con claros beneficios para el desarrollo productivo agrícola.
Tomás Charad, CEO de Agri y actual Director de MITI, Asociación Para Una Mejor Industria TI de Chile, ha llevado adelante el desarrollo deun software de gestión agrícola enfocado en la optimización de la producción, la asignación de los recursos, el control de las tareas y el apoyo al agricultor en la toma de decisiones en el campo. “Empezamos a investigar alternativas y soluciones tecnológicas agrícolas para aportar con un cambio desde lo digital. La utilización de estas herramientas ha permitido enormes avances en materia de costos, calidad, precisión y efectividad. Adicionalmente, la digitalización con Agri ha facilitado las labores administrativas del campo, tal como pago de facturas, contabilidad, gestión de stocks, uso eficiente de maquinaria, administración de recursos humanos o relaciones con proveedores y compradores. Brindar este servicio en una sola plataforma nos ha permitido ganar reconocimiento en el mercado agrícola de Chile y también en Argentina, Perú, México y Uruguay. Se trata de una herramienta de exportación internacional” comentó, Tomás Charad.
La recepción y uso de información así como la captura de datos y operación remota de los equipos, requiere de las condiciones habilitantes de infraestructura en las zonas rurales, lo que implica acceso a energía eléctrica, cobertura de Internet y precios accesibles para los agricultores; consideraciones que Agri ha tomado en cuenta con su equipo comercial y de desarrollo. El software destaca por sus funcionalidades diferenciadoras como su módulo off-line, que facilita la obtención de datos en terrenos sin la necesidad de conexión a internet. Ello permite ingresar la información desde cualquier dispositivo Smart hasta lograr una conexión a la red, donde los datos ingresados se almacenan de manera segura en la nube.
“Es importante entender los beneficios de contar con un software de gestión agrícola desde una mirada digital, productiva y comercial. Los resultados con nuestros clientes han permitido gestionar y distribuir los recursos de mano de obra, insumos y maquinaria de forma eficiente, planificando los recursos y administración de todos los ingresos y costos de la operación, optimizando el beneficio de mejora reflejada en la rentabilidad del negocio”, asegura, Tomás Charad.
Para el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la próxima revolución digital agrícola tendrá lugar en América Latina y El Caribe mediante el uso de nuevas tecnologías, con resultado de aumento de la productividad. El mismo instituto, señala que el momento actual de pandemia es extremadamente oportuno para comenzar a invertir en extensión digital y sentar las bases para un sistema a largo plazo.
“Actualmente estamos experimentando la revolución digital en los campos, permitiendo a los agricultores acceder a su información en tiempo real para la toma correcta de decisiones y buenas prácticas. El uso inteligente e intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación promueven el desarrollo de la productividad, generación de empleos y cuidado del medio ambiente en beneficio de las pequeñas, medianas y grandes agrícolas”, agrega Charad.
Agri ha encontrado las soluciones para resolver problemas identificados en el proceso productivo propio del campo y sus clientes con experiencia y organización, y ofrece tecnologías para ayudar a los agricultores a aumentar su producción de manera sostenible. Así, analiza los factores que afectan la productividad, asegura una gestión eficiente del personal y una operación de precisión del campo.
“En base a la experiencia con Agri, las tecnologías juegan un rol muy relevante en la agricultura a través de lo digital y de las cadenas productivas en las etapas de captura de información, investigación, Desarrollo e Innovación (I+D), provisión y transferencia de información. Las tecnologías digitales, que son múltiples y muy variadas, juegan un rol muy importante en sus distintos niveles y desde nuestra experiencia en países de la región vemos un impulso en innovación tecnológica con bastante decisión”, comentó el CEO de Agri.
La transferencia de tecnología y la digitalización a través de plataformas como Agri genera cambios positivos en la economía, así como el control de costos y balances, el mapeo o georreferenciación de la producción agrícola y en la evaluación, así como también en el desempeño de las maquinarias, solo por mencionar algunas. Los efectos de las innovaciones digitales son variados y en diferentes ámbitos, imprimen un impacto positivo en la productividad y fortalecen los vínculos con los mercados de productos y de servicios de la región.